Ámbar Tonalli Arciniega Silva
Miércoles 10 de noviembre del 2010
La veterinaria.
Había una vez una veterinaria que más que veterinaria era como vendedora de perros y gatos, ella tenia muchos perros, y todos eran callejeros, primero había un hueso muy lejos y cuando el perro intentaba ir por el hueso pisaba un cuadro que decía que era perro o gato claro era perro porque había un hueso, cuando sabia que animal era, primero salía un cerco para que no pudiera escapar luego le caía shampoo para perro y unas manos automáticas lo tallaban luego le caía agua y ya quedaba limpio, luego otras manos automáticas con dos cepillos cepillaban el perro, luego le colocaban todas las vacunas que necesitaba y luego una secadora lo secaba y al final le echaba polvo anti pulgas para que ya no tuviera pulgas, luego otras manos le colocaban una correa y desde el techo se resbalaba la correa y luego lo llevaba a su casa que era de madera, luego otro cerco salía y ahí quedaba el perro con una carnaza comida y agua, vendía muchos perros, lo mismo sucedía con los gatos, esa vendedora vendía muchos perros, lo mismo sucedía con los gatos, esa vendedora vendía muchos perros y gatos, pero más perros, y algunas veces encontraba perros perdidos.
Palabras 212
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